Títulos
Loading...

Todo es política



Qué tenés ganas de ver?

Featured Post

MANUAL DEL MILITANTE PASIVO

DEL FRENTE CENAS Y CAFÉS Para todos aquellos que aceptan diariamente arriesgar la paz de una buena cena por la defensa de un modelo....

¿Qué Deberíamos Esperar De Una Oposición Electoral?

“Técnicamente hablando”, en el Poder Legislativo no existe oposición porque todos son diputados en funciones, “oficialistas”, que gozan de las mismas prerrogativas y se someten a las mismas obligaciones. Lo que llamamos “oposición” en el Congreso es en realidad una “minoría oficialista”: es oficialista porque se desempeña en el Poder Legislativo, que forma parte del gobierno (no vamos a tratar de imponer el término, sólo para aclarar las ideas. De aquí en más sigamos llamando “oposición” a lo que siempre llamamos “oposición”).

En cambio, la oposición al Ejecutivo sí está fuera del gobierno y tiene varios roles importantes en la política.

Uno de ellos es crear La Alternativa, ofrecer una amenaza creíble. Aún en caso de nunca ganar, basta con que pueda hacerlo para cumplir con esta función.

Es necesario que el partido a cargo del Poder Ejecutivo crea que, si se descuida u obtiene malos resultados de gestión política, perderá su lugar. Soplarle la nuca al líder es una valiosa función de la oposición. La amenaza invita a que los partidos en el poder se esmeren pero también a que los de afuera mantengan la prudencia, acorde a la oportunidad de entrar por la puerta (lo cual disuade cualquier búsqueda de ingresar por la ventana).

Un segundo rol no menos importante es el de construir consensos alrededor de "otras opciones" a las políticas públicas trascendentes.

El Poder Ejecutivo puede tomar un rumbo y, para mejorar las posibilidades de que ese rumbo sea exitoso, debe convencer y convencerse de que ese camino es el único y definitivo. No podemos criticar a un Ejecutivo por no tener un plan B, toda vez que la sola sospecha de existencia de un Plan B dinamitaría su plan A.

En cambio la oposición sí debe preparar una alternativa. Cuando la oposición sucumbe a la hegemonía de la idea oficial, comete un pecado político que suele costar caro a la sociedad.

Eso vimos en los '90, cuando todas las fuerzas políticas suscribieron al apoyo de la convertibilidad y no hubo alternativas a esa política hasta que la realidad se impuso con la fuerza del desastre. La convertibilidad estalló por el aire pero los ciudadanos sentían, aún en ese momento, que no había otro camino que el de la convertibilidad. Debilitar esa trampa hegemónica es responsabilidad de la oposición.

¿Es buena la alternancia?

Sus bondades conforman una de las tantas ideas pobres que cobran valoración positiva a fuerza de ser enunciadas. ¿Alguien querría votar a quien no prefiere, sólo por establecer una alternancia? ¿Por qué sería mejor el gobierno en manos del segundo mejor, según nuestra consideración, que en manos del mejor?

Lo único deseable es la posibilidad de la alternancia, la amenaza del otro: que la alternancia sea posible, aunque no ocurra en décadas (siempre dentro de las restricciones legales).

Escuchá el MAKnual




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer tu opinión.