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El Pecado Original de la Sociedad Porteña

Hace pocos días la Ciudad de Buenos Aires y el país entero se inundó de sentencias sobre el matrimonio, la familia, su definición y conformación. Se aventuraron todo tipo de predicciones y vaticinios catastróficos si la unidad básica de la sociedad era violada por la reinterpretación perversa de los ojos modernos. Quizás en el origen de nuestro gentilicio, los porteños encontremos muchas explicaciones a los pecados actuales.

La "Ciudad Eterna" hoy alberga al corazón de la grey católica, así como lo supo hacer con el mayor imperio que conoció la humanidad. Los patricios romanos contaron incansablemente la mítica historia de su fundación: Si tu profesor del secundario no logró ilustrarte sobre la Guerra de Troya, seguro lo hizo Brad Pitt y su Aquiles. Posteriormente a la epopeya, el príncipe troyano Eneas se lanzó a la mar huyendo hasta recalar en la península itálica, donde cimenta Lavinium mientras que su hijo funda la ciudad de Alba Longa. Después de sucesivos reinados, Numitor rey de Alba Longa, es destronado por su hermano Amulio, quien temiendo que alguien de su familia le usurpara el trono -tal y como él mismo había hecho- ordena que su sobrina Rhea Sylvia se convierta en Vestal (una virgen consagrada a los dioses) con el fin de asegurarse que no tendrá descendencia. Sin embargo, "el Dios de la Guerra Marte desciende del Olimpo y engendra en ella a los gemelos Rómulo y Remo". Sabiendo el peligro que corrían sus hijos, la Vestal los pone en una cesta y los arroja a su suerte en el río Tíber. Así es como una loba los encuentra en su orilla, los rescata y amamanta.

Con el paso del tiempo, Rómulo y Remo descubren su linaje divino y monárquico, decidiendo restablecer el orden con el asesinato de su tío Amulio y retornando el poder a su abuelo Numitor, que los recompensa con la propiedad de las tierras que les vieron crecer en el monte Palatino. Rómulo escogió una de las Siete Colinas, y fiel a la tradición etrusca trazó un círculo con un arado consultando a los dioses para saber qué hermano debía ser el Regente de esa tierra, bajo el procedimiento de recuento de aves. Rómulo aventajó a Remo contando 12 aves contra 6 y así se convertiría en el primer gobernante, pero su hermano gemelo Remo se mofó de lo que estaba haciendo saltando de un lado al otro sobre el surco trazado. Rómulo viendo que su hermano estaba cometiendo un sacrilegio imperdonable en su Celebración Sagrada, le da un golpe en la cabeza y lo mata al tiempo que decía: "Así le ocurrirá, en el futuro, a cualquiera que se atreva a franquear mis murallas".

Y es así como Rómulo, el primer Regente de Roma, define las futuras murallas de su ciudad con el surco del arado, y establece cuatro entradas levantando el arado de la tierra, lo "porta" o portare (alzar en latín). Al erguirse los muros perimetrales, el segmento en el cual se había alzado el arado adquiere las características de lo que hoy llamamos "puerta". Como es fácil deducir, la puerta hacia al mar se bautiza "puerto" y sólo hubo que esperar dos mil años para que los porteños se crean más importantes de Rómulo, Remo y el Imperio Romano.

Esta historia la conocemos gracias a la Eneida que fue escrita por Virgilio para exaltar el pasado romano, alimentar su mito y respaldar a Augusto como un semidiós. Pero en el proceso, Virgilio se entera de la muerte de algunos amigos a manos de Augusto (que era una persona bastante rústica según se dijo), y decide incluir una ofensa de forma hermética. Augusto no hablaba etrusco, en ese idioma la palabra "lupa" significa tanto loba como prostituta (de ahí el origen de lupanar), a la sazón Rómulo y Remo pudieron ser rescatados y amamantados tanto por una loba como por una prostituta, claro que Augusto y los romanos nunca lo supieron.

Por incontables medios se predicó que esta sociedad porteña se había construido sobre la tradición familiar de un padre y una madre, pero basta con rascar un poquito en el ADN de nuestro gentilicio para ver que surgimos de fratricidas criados por una loba o una put... qué podíamos esperar Monseñor?.


Sergio Marino

2 comentarios:

  1. Me encantó tu nota, me enteré de cosas nuevas y me llevé nuevas ideas.
    Gracias.

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  2. Que buena historia, gracias. Ahora se entiende mejor el ADN porteño :)
    Saludos!

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