
Son muchas las escuelas que el Estado no construyó y son muchos los hospitales que el Estado no sostiene como debiera. Pero prácticamente todas las escuelas y los hospitales que si existen han sido construidos y son mantenidos por el Estado. En especial en aquellos lugares donde la necesidad florece sin la sombra de nuestra mirada o donde la miseria no es suficientemente cruel para atraer las cámaras de televisión. El Estado es la máquina más importante de igualdad y de atención a los más necesitados del país y por otro lado la más fiscalizada y controlada.
Pero quizás la diferencia más trascendente sea que el Estado pone el énfasis en la construcción de derechos. Quien recibe sus bienes y servicios los recibe mereciéndolos, se los ha ganado de puro derecho. La beneficencia, en cambio, pone el énfasis en la falta de quien recibe y la sobra del que da. Quien recibe beneficencia, recibe por voluntad de quien entrega. La recibe sin merecerla. El paquete de arroz de ambos puede ser de la misma marca pero el sabor simbólico es sustancialmente diferente.
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Tienen un lío con las palabras. En al frase del falyer: "los derechos indignan la caridad emociona" está mal. La caridad es una virtud, especialmente una virtud cristiana que proviene de la palabra "agape" que se suele traducir como "amor fraternal" es un sentimiento que experimenta una persona de amor desinteresado por el otro que lo inclina a ayudar de algún modo. El texto que sigue, en el párrafo final, orienta mejor el concepto que se debe elegir: "Beneficencia", La caridad es una valor y cuando se encarna es una virtud. Beneficencia es una acción, que muchas veces no tenía relación con el amor fraterno y desinteresado (Recuerdan las Damas de Beneficencia que Evita tanto rechazaba?).
ResponderBorrarEl lío, el desorden, el bastardeo de las palabras es algo que causó estragos a la causa Justicialista.